Resumen:
Toda organización que aspire a la mejora continua, debe garantizar la detección, análisis, control y registro de aquellos aspectos que impacten sobre sobre sus clientes internos y externos. Dicho impacto puede ser real o potencial y a su vez, tener efectos positivos o negativos. En cualquier caso, la correcta gestión de estos puntos de mejora, dota a la organización del conocimiento del escenario actual en el cual se desarrolla y permite dirigir los esfuerzos hacia un estadio superador.